Cuando llega la primavera, lo primero que viene a la cabeza son las flores. Es la mejor época del año, donde todo comienza de nuevo y se vuelve todo verde, como nuestro logo de lifestyle.

Tucumán, perfumado por los azahares y coloreado por los lapachos que todos amamos, es digno de visitar en esta época. Y si, somos el jardín de la república y con orgullo lo repito en Buenos Aires, donde vivo actualmente.

Crecí en esta hermosa provincia, rodeada de naturaleza la cual me inspira a diario cuando recuerdo mi niñez en Yerba Buena. Esto me llevó a cocinar con flores, a investigar y a deleitar a mi familia y amigos con un sin fin de platos donde las protagonistas son ellas… las flores.

Un día en la pandemia, desde el departamento en el que vivía, soñé con un jardín, pero uno comestible donde todo lo que creciera se pudiera comer. Después me enteré que lo llamaban jardines productivos.

Hace casi tres años que cumplí ese sueño. Tengo mi jardín de flores y hierbas aromáticas que le dan sabor y color a diario a todas mis comidas, una experiencia para todos los sentidos que se las recomiendo.

En Buenos Aires es bastante común conseguir cajas con flores comestibles porque cada año están más de moda para el consumo familiar. Ya no son exclusivas de los restaurantes o para decorar platos. Hoy se sabe que tienen muchas propiedades e incluso más que muchas verduras. No me sorprendería que dentro de un tiempo sean parte fundamental de nuestra alimentación.

Nota y fotos por Fernanda Bringas @muy_fer